«Los mandalas son composiciones concéntricas que tienden a la simetría.
Están presentes en flores, frutos, cristales e infinidad de elementos de la naturaleza. También pueden encontrarse en los diseños antiguos y actuales de las más diversas culturas.
En sánscrito esta palabra significa “círculo sagrado”.
Para C.G. Jung, <es el resultado de la cooperación de la consciencia y el inconsciente, es el esbozo más sencillo de una representación de totalidad y se ofrece espontáneamente a la imaginación para representar los contrarios, su lucha y su reconciliación en nosotros
Josefina Calvo, 2015, “Mandalario para pintar de plantas y animales”.
¿Cuáles son las caraterísticas de un mandala?
- Es una circunferencia, es decir un conjunto de puntos dispuestos en forma ordenada en forma equidistante alrededor de un punto llamado “centro”.
- Posee puntos cardinales.
- Posee cierta simetría.
¡El Eneagrama es un mandala!
El símbolo del Eneagrama, contiene todos los elementos propios de un mandala:
- Es una circunferencia, posee un centro.
- Tiene NUEVE puntos cardinales.
- Posee una simetría AXIAL.
¿Para qué sirve este mandala?
En el Tíbet utilizaban al mandala como instrumento para la transformación de las fuerzas “demoníacas”…
¡Suena terrible! Pero…
¿Qué entendemos por “demoníacas”?
Podemos llamar “fuerzas demoníacas” a aquellas fuerzas que tratan de conducirnos hacia falsas formas de vivir. ¡Y no es necesario imaginarnos monstruos! A veces esas “fuerzas” son actitudes aprendidas, miedos, defensas que nos creamos nosotros mismos.
En la personalidad, el Eneagrama nos muestra, como un mapa personal, cómo nos auto-observamos a nosotros mismos, cuáles son nuestras actitudes, cualidades y defensas… permitiéndonos diagnosticar nuestro estado actual.
Además, nos aporta la dinámica posible que nos permite aprender de nuestras caídas, reconocer nuestras “sombras” y nuestras “luces”. De esta manera, podemos elegir más conscientemente qué caminos tomar y cómo desarrollar todo nuestro potencial.