¡Segundo episodio!

«Eneagrama y espiritualidad» (antes llamado «Jueves de reflexión») es un espacio para conectar con nuestra conciencia, reflexionar juntos y alimentar el alma.

Más abajo encontrarás el acceso al episodio n° 2 de «Eneagrama y espiritualidad» para que puedas vernos a través de YouTube, o escucharnos a través de Spotify. 

El maíz del año

Un humilde agricultor participaba todos los años de la feria de agricultura de su ciudad, lo extraordinario era que él, año tras año, ganaba el trofeo “MAÍZ DEL AÑO”.

Su maíz era ¡cada vez mejor!

En una de esas ocasiones, un reportero de la televisión abordó al agricultor después de la tradicional colocación de la faja azul de campeón sobre su pecho.

-¿Cuál es su secreto para obtener cada año un mejor resultado?

El agricultor respondió: 

-El secreto es compartir buena parte de mis mejores semillas a los agricultores vecinos.

El reportero quedó sorprendido:

¿Cómo puede compartir sus mejores semillas con sus vecinos, cuando ellos están compitiendo directamente con Ud.?

Y el agricultor respondió:

-Es simple. El viento y los insectos recogen el polen del maíz y lo lleva de campo en campo. Si mis vecinos cultivaran un maíz de inferior calidad al mío, la polinización degradaría continuamente la calidad de mi maíz. Si quiero cultivar maíz bueno, tengo que ayudarles a cultivar el mejor maíz, cediendo a ellos las mejores semillas.

Todos somos importantes…, para vivir bien, debemos abrirnos al encuentro con los demás y compartir.

La generosidad tiene un comportamiento exponencial, se expande… y luego regresa a nosotros recargada.

Muchas veces pensamos que con el acto generoso beneficiamos y ayudamos a los demás y no tenemos la visión de ese retorno que nos pone de manifiesto el cuento, retorno que nos beneficia a nosotros mismos.

“Si busco el beneficio, no hago el bien, si busco el bien me beneficio”, y el compartir generoso es parte del bien. 

Con esta actitud potenciamos lo mejor de nosotros y nos vuelve lo mejor de los demás.

Es como las ondas, si transmito buenas ondas, recibo buenas ondas.

El acto generoso es equivalente a la ayuda… en el sentido de que en la ayuda acompañamos, entregamos, sostenemos, compartimos y soltamos…, tal vez lo más importante, es que soltamos, porque de lo contrario se genera dependencia.

En la generosidad es igual, entregamos sin esperar nada a cambio…

En ambos casos, ayuda y generosidad, el retorno se da y no necesariamente en forma directa de las personas que ayudamos o con las cuales fuimos generosos, y esa es la magia del compartir… se genera una cadena de favores.

Esta actitud generosa fluye cuando nos brindamos habiéndonos ocupado y atendido primero a nosotros mismos para poder entregarnos desde la abundancia, y no desde la carencia, que es la que nos pide recibir en igual medida aquello que damos u ofrecemos.

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