¡Hola! Somos Laura y Orlando. Te damos la bienvenida.
Queremos compartirte dos ejercicios. El primero, te propone descargar energía, limpiar y liberar. El segundo, recargar energía, valorarte y proyectar hacia adelante.
Primer ejercicio
CARTA DE LIBERACIÓN
limpieza y descarga
¿A quién está dirigida la carta?
Puede estar dirigida:
- A tí mismo.
- A áreas de tu vida en la que te sientas limitado o paralizado.
- A alguna/s persona/s en particular.
¿Por qué es una liberación?
En la carta expresas todos los pensamientos y sentimientos negativos o densos que tengas.
Pueden ser:
- Cosas que tú te digas o frases que decían en tu familia, y creencias.
- Hechos del pasado, cosas que te reproches, situaciones. ¿Has metido la pata? ¿Hubieras podido reaccionar de otro modo ante esa situación? ¿Hubieras querido utilizar otras palabras?
- Enojo o tristeza que sientas. ¿Qué te molestó? ¿Qué te hubiera gustado decir y no dijiste?
- También puedes incluir qué miedos o temores identificas bajo esa rabia o tristeza.
¿Cómo escribir la carta?
Escribe la carta a mano, de tu puño y letra, de corrido, no vuelvas para atrás, evita borronear. Se trata de escribir todo lo que se te pase por la cabeza sin ningún tipo de filtro y sin dejarte nada en el tintero, con total sinceridad. Intenta enfocarte en la carta, y no tener interrupciones.
¿Cuál es el objetivo de la carta?
La finalidad es que todos esos pensamientos y sentimientos que te inquietan tengan un canal de salida hacia el exterior. En el momento en que salen a la luz, pierden fuerza.
Así que solo por esta vez y sin que sirva de precedente, puedes sumirte en la crítica, el reproche y la negatividad más absoluta, dales rienda suelta. Seguramente comenzarán a aflorar sentimientos de enojo, bronca o tristeza.
Como despedida, para cerrar, puedes escribir:
Me perdono, me amo, me libero.
Te perdono, te amo, te libero.
¿Qué hacer con la carta?
Rompe el papel en muchos pedazos, liberando los sentimientos que te provocan.
Luego, quémalos (con cuidado, hazlo de forma segura) a modo simbólico de purificación.
Puedes tirar las cenizas a la tierra si tienes jardín, a una maceta o a tu tacho de basura (asegúrate de que las cenizas estén completamente apagadas).
¡Ánimo!
Busca lápiz y papel, ponte manos a la obra y comprobarás como al terminar te sentirás como si te hubieras quitado una nube oscura y densa de encima.